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PRESIDENCIA
Cuando
miro alrededor y veo al mundo que se despedaza en violencia y materialismo,
la lucha egoísta por el poder y el acumulo de riquezas vanas, la
miseria colectiva de los pueblos, el hambre y la derrota interior de los
justos... Cuando me conmueve un niño pidiendo, un anciano tirado
en la calle, las imágenes del horror de las guerras en los medios,
las injusticias del día a día en cada minuto y en cada lugar...
Cuando
escucho a los políticos mentirosos engañando vilmente sin
escrúpulos, los comerciantes deshonestos o los falsos religiosos
pregonando sus falsedades y fanatismos, y hasta odio...
Me
pregunto: ¿por que yo? ¡Por que soy tan sensible! ¿Porque
veo más allá que los otros? ¡Veo adentro de los otros!
Y
en cada movimiento y en cada gesto, que sale de los más intimo
de mi ser, quiero cambiar el mundo...
Y
mis ojos ven belleza en cada rincón y voy mudando, transformando,
arreglando, una esquina, un hombre, una ciudad, un árbol, un vuelo,
un lápiz, una palabra... y de nuevo el gesto...
Ese
gesto que sale de adentro, de allá, de donde yo solo conozco y
lo quiero dar, compartir, es mi pan de cada día, mi alimento, mi
maná, y es puro, limpio, es mi comunión diaria, sin manchas
y no es para mi solo, no existe ni existiría sin el otro.
Es
danza...
¿Puedo
cambiar el mundo con eso? ¿Podemos? Si enseñáramos
con la danza a todo el mundo, a sentir de lo más profundo el compartir,
el dar... Si les mostráramos que la verdadera belleza está
en el equilibrio de las cosas y ese equilibrio viene de la armonía
de nuestro ser con el espacio. Y es en el movimiento... que no solo es
cuerpo, es alma, energías, es un todo... nos comunicamos con él.
¡Y
que solamente conociendo adentro podemos conocer afuera! Que es con el
gesto, con la mirada, con las manos, con los pies, con los codos...con
cada célula transportada al espacio, que corresponde a cada neutrón
de una sístole y diástole de un músculo motor, cuya
fuente de energía sale de los más profundo y se entrega
sin límites...
Al
infinito. Sin límites a quien sea, sin razas, ni credos, ni formas.
Al infinito, de lo más lejos y de lo más cerca de él.
¿Podemos
cambiar el mundo con la danza? Podemos cambiar enseñando la belleza
de lo verdaderamente bello, dar, compartir...

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